Discípulos Misioneros: Corresponsables del Evangelio
El Papa Francisco ha estado exhortando a los católicos de todo el mundo a hacer un cambio radical en su perspectiva de la vida y a ser “Discípulos Misioneros.” El pontífice, sostiene
que sólo haciendo este cambio radical hacia una forma de vida “evangelizadora” podemos experimentar verdaderamente la alegría y la paz de Cristo Jesús.
¿Qué hay de “nuevo” acerca del concepto que ha sido siempre la misión central de la Iglesia? Estamos recibiendo un llamado del Santo Padre a “despertar,” recordándonos la necesidad urgente de extender la mano y compartir el Evangelio de Jesucristo. Los buenos corresponsables son evangelizadores habituales y comprenden la necesidad de compartir su fe con los demás. En su carta pastoral sobre la corresponsabilidad, los obispos de Estados Unidos escribieron: Cada miembro de la Iglesia es llamado a evangelizar, y la práctica de la auténtica corresponsabilidad cristiana guía
inevitablemente a la evangelización. Como corresponsables de los misterios de Dios (cf. 1 Cor. 4:1), las personas desean hablar con otras acerca de ellas y acerca de la luz que derraman sobre la vida humana, para compartir las gracias y los dones que han recibido de Dios, especialmente el de conocer a Jesucristo.
Cada miembro de la Iglesia es llamado a evangelizar. Pero, ¿cómo respondemos los católicos a este llamado? En primer lugar, como cristianos católicos necesitamos estar atentos para renovar nuestras promesas Bautismales en la Pascua y educarnos en nuestra fe. Los buenos corresponsables comprenden la necesidad de la formación continua y la catequesis en su relación cada vez más profunda con Cristo. En segundo lugar, nunca debemos olvidar el valioso testimonio de nuestras propias vidas. A través de nuestras acciones diarias, vividas en Cristo, nosotros damos al mundo la señal más clara de la presencia de Dios entre nosotros y dentro de la Iglesia. En tercer lugar, inspirados por el Espíritu Santo, debemos proclamar las Buenas Noticias en palabras. En su carta pastoral en 1975, acerca de la evangelización en el mundo moderno (Evangelii Nuntiandi), el Papa Paulo VI subrayó la importancia de no sólo vivir en Cristo, sino de HABLAR con otros acerca de nuestra vida en Cristo. Debemos reunir el valor para invitar a otros a unirse con nosotros en nuestra relación con Cristo. Esto incluye a otros católicos, y a quienes desde hace tiempo no practican su fe. En cuarto lugar, debemos estar dispuestos a dialogar en un espíritu de amor y respeto. Debemos escuchar con tolerancia la incredulidad, las dudas, el dolor y el sufrimiento de otros. Nuestro compartir del Evangelio no debe ser demandante o coercitivo. El único deseo de los auténticos evangelizadores es otorgar libremente con paciencia y amor lo que ellos libremente recibieron.