Santa Fabiola
Santa Fabiola es la patrona de los matrimonios en dificultad, de las personas divorciadas, de esposos/as víctimas de abuso, adulterio o infidelidad. Ella fue cristiana, nacida en Roma a mediados del siglo IV, en una noble y poderosa familia. Fue casada a una edad temprana con un esposo abusivo y adúltero. San Jerónimo, el erudito bíblico más famoso en la historia de la Iglesia, la conoció personalmente, y él fue su maestro y director espiritual. Él escribió: “fueron tan terribles las faltas que le fueron imputadas a su esposo que ni una prostituta o una esclava común habrían podido cargar con ellas.” Fabiola obtuvo el divorcio de su esposo bajo la ley civil Romana, y después volvió a casarse, violando las ordenanzas de la Iglesia.
Siendo joven aún, el ex-esposo de Fabiola murió, poco tiempo después murió también su segundo esposo. Posterior a su muerte, ella se presentó ante las puertas de la Basílica de San Juan de Letrán, vestida con un silicio o vestidura de penitencia, y trató de buscar el perdón por casarse fuera de la Iglesia. Su petición pública por la reconciliación causó una gran impresión en la población cristiana de Roma, y el Papa la recibió formalmente en comunión plena con la Iglesia. Fabiola dedicó su inmensa fortuna a las necesidades de los pobres, los enfermos y los desamparados de Roma. Ella estudió y practicó la medicina, tratando pacientes con enfermedades que otros médicos evitaban tratar. Ella apoyó también las necesidades de la Iglesia y de las comunidades parroquiales en toda Italia. El año 395 Fabiola hizo una peregrinación a Belén, una experiencia que profundizó su fe aún más, en forma dramática. Por un tiempo, ella vivió en un hospicio con una comunidad de religiosas, invirtió horas en oración, realizó humildes tareas y cultivó una profunda devoción a la sencillez y la pobreza de la Natividad. Cuando regresó a Roma, Fabiola vendió todas sus pertenencias y fue co-fundadora de lo que se conoce como el primer hospital del mundo Occidental. Más tarde, San Jerónimo escribió que esta institución innovadora fue famosa desde Gran Bretaña hasta Persia (actualmente, Irán). Y ella continuó trabajando incansablemente, tratando pacientes que nadie más trataba. Fabiola murió el 27 de diciembre del año 399, de causas naturales, y su muerte fue un hecho notable por la enorme procesión que correspondía a un funeral de miembros del estado. Los ciudadanos romanos acudieron por miles a expresar su gratitud por la vida y el ministerio que ella había abrazado en la ciudad de Roma. El día de su fiesta se celebra el 27 de diciembre.